¡La vaca con corcho!
Un miércoles a la tarde estábamos conversando un grupo de profesores en la sala de preceptoría. Mientras dejábamos pasar el tiempo para entrar al salón , la conversación giró hacia la tormenta que se veía venir a través del ventanal. El cielo se había puesto bien renegrido y ya empezaban a caer las primeras gotas gruesas. Una de las profesoras recordó que en su infancia, allá en Entre Rios, estando toda su familia reunida en una cocina de campo en medio de una tormenta grande, un rayo cayó por el caño de ventilación de la estufa a leña y después del refucilo, vieron que de la estufa nada quedó entero.
A lo cual, yo le pregunté a que parte de Entre Ríos se refería, y me contestó vehemente, ¡al sur, para el lado del Río Paraná!.
Le dije que a la provincia de Entre Ríos la conocía muy bien porque la visitaba todos los años, lo que es cierto, y que en nada podían compararse esas tormentas del sur con las tormentas de la zona norte, a la orilla del Río Uruguay. Que los rayos y truenos eran tan formidables, que dejaban en el campo un tendal de vacas fulminadas. Y que era tan alta la cantidad de vacas muertas por rayos todos los años, que en las estancias acostumbraban, apenas relojeaban una tormenta venirse, mandar a todos los gauchos a caballo con una bolsa llena de corchos, a ponérselos en los cuernos de las vacas para que les sirvieran de aislante contra los furiosos rayos.. Que era una cosa extraordinaria, ir por la ruta y ver hasta que se perdía la vista en el horizonte, vacas y vacas con corchos en los cuernos.La profesora, que me escuchaba atentamente, tardó unos segundos en reaccionar y me dijo, ¡qué cosa! ¡nunca vi algo así en mi provincia! Es que la zona norte no la conozco. La próxima vez que vaya se lo voy a contar a mis tíos.………
S. S.
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